ACTUALIDAD NOTICIOSA

Comer pescado aumenta la salud del corazón pese a los niveles de mercurio

El estudio, publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition, reveló que los niveles de mercurio en la sangre producto del consumo de ciertos pescados no afecta la salud de forma negativa.

Los beneficios que reporta comer pescado a la salud del corazón podrían pesar más que el potencial impacto negativo del incremento de la exposición al mercurio, según un estudio. Sin embargo, se necesitan restricciones en relación al pescado con una elevada proporción de mercurio, que incluye a especies como la perca, el tiburón, el pez espada y el fletán, dijo un equipo sueco, cuyos resultados fueron publicados en el American Journal of Clinical Nutrition.

Maria Wennberg, investigadora de salud pública en la universidad sueca de Umea, y sus colaboradores estudiaron a más de 900 hombres y mujeres suecos que respondieron a cuestionarios sobre la cantidad de pescado que incluían en su dieta. El equipo también analizó los glóbulos rojos de los participantes para detectar los niveles de mercurio y selenio.

Los niveles de mercurio estaban generalmente bajos para los escandinavos, pero las personas cuyos glóbulos rojos mostraron una mayor cantidad de mercurio no tenían un riesgo mayor de sufrir enfermedades cardíacas. "Los nutrientes protectores del pescado superan cualquier efecto dañino del mercurio en estos niveles bajos de mercurio", dijo Wennberg.

La Asociación de Salud de Estados Unidos recomienda el consumo de al menos dos raciones de pescado a la semana. El salmón, la caballa y la albacora (atún blanco) tienen elevadas cantidades de ácidos grasos omega-3, que se piensa minimizan el riesgo de trastornos coronarios.

Sin embargo, algunos cuestionaron los hallazgos, dijo David O. Carpenter, director del Instituto para la Salud y el Medio Ambiente de la Universidad de Albany, en Rensselaer, Nueva York, alegando que los investigadores habían asumido que el mercurio en la sangre de los individuos procedía del pescado. Carpenter, que señaló que había otras fuentes potenciales, como las plantas de energía basadas en el carbón y los empastes dentales, añadió que el pescado del mar Báltico tenían altos niveles de otros compuestos tóxicos como los bifenilos policlorados (PCBs), que complicaban el resultado.

Wennberg y sus colaboradores dijeron también que los inconvenientes de depender de la memoria de los participantes respecto a la cantidad de pescado que consumen podría tener un impacto sobre los resultados. Sin embargo, dijeron que un hallazgo requería más estudios y que los sujetos que tienen glóbulos rojos con elevadas trazas de selenio parecían tener más riesgo de morir repentinamente de una enfermedad cardíaca.

Publicado el 29/11/2010

Fuente: La Tercera